domingo, 20 de mayo de 2012

Wert aligera de carga ideológica a Educación para la Ciudadanía

El proyecto de la nueva asignatura se centra en el conocimiento de la Constitución.
  
Jaime García | El ministro de Educación, José Ignacio Wert, suelta lastre doctrinario de Educación para la Ciudadanía
Día 19/05/2012
  
El borrador de Real Decreto que modifica la asignatura de Educación para la Ciudadanía, y que en breve entrará en vigor, poda términos polémicos que, nada más leerlos, recuerdan a Zapatero: «orientación afectivo-sexual», «educación afectivo-emocional», «pluralidad de las sociedades actuales»... Pero empecemos por los guiños gramaticales. En los dos decretos aún vigentes que regulan la materia se habla de «mostrar respeto por las diferencias y características personales propias y de sus compañeros y compañeras»; de un criterio de evaluación para «valorar si el alumno o la alumna... ejerce una autorregulación de sus emociones», etc. Obsérvese lo de «alumnos y alumnas» y «compañeros y compañeras». El nuevo proyecto de Real Decreto menciona solo «alumnos» o «compañeros», y con ello abarca también a «las alumnas» y a «las compañeras», como recomienda la Gramática de la Real Academia.
  
En los decretos vigentes se manda que los estudiantes aprendan la «valoración crítica de la división social y sexual del trabajo y de los prejuicios sociales racistas, xenófobos, antisemitas, sexistas y homófobos». Ahora se elige una versión que da menos opción al adoctrinamiento y que recuerda en el tono un mandamiento de Moisés: «No discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o laboral». 
  
El Estado democrático
  
Pero quizá lo más importante es que se reconoce explícitamente en este contexto «el derecho fundamental de libertad de conciencia individual» y se centra el contenido de la asignatura: «El Estado tiene la obligación de asegurar que los ciudadanos (atención, no se dice «ciudadanos» y «ciudadanas») conozcan la Constitución, el funcionamiento de las instituciones públicas y cuanto se refiere a los derechos y libertades que caracterizan nuestro estado democrático».
  
Como se ve, este proyecto de Real Decreto, a la espera de una nueva Ley Orgánica de Educación (que será la que pueda cambiar el nombre de la asignatura), quita carga ideológica al que hay: una norma que facilita de forma oficial la tarea de deformar conciencias en asuntos como la identidad personal, la concepción de la familia y el matrimonio y la moral sexual. Sin embargo, este borrador de Real Decreto, y los anteriores, ponen de manifiesto una vez más la manía de querer regularlo todo, como si la misión del Estado fuera legislar hasta el último rincón de la última asignatura, algo que hace daño por lo menos al sentido común.
  
El experto Jaime Urcelay denunciaba el error de los criterios de evaluación de Ciudadanía, «que miden no tanto conocimientos como actitudes personales». Pero los criterios de evaluación, en el borrador de Real Decreto, apenas si se han modificado.
  
Fuente: ABC.

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