lunes, 31 de octubre de 2011

EpC, el peor abono para tratar de salir de la crisis

Editorial de Expansión (30-10-11).
  
¿Cabe imaginar un país que en medio de la crisis más grave de las últimas décadas esté adoctrinando a su juventud en contra de la cultura del esfuerzo y el sacrificio personal y a favor del acomodamiento y el inmovilismo? Desgraciadamente, sí.
  
Se trata de España, donde los alumnos que cursan la asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC), entre los 13 y los 17 años, reciben todas las semanas una profunda carga dogmática que demoniza la iniciativa empresarial y el libre mercado. La lectura de algunos de los manuales que deben estudiar los alumnos resulta reveladora e inquietante. Están repletos de soflamas contra los empresarios, en un momento en el que su papel es clave para atajar el problema del paro, que alcanza ya las cinco millones de personas.
  
Esta realidad se aleja bastante de los límites fijados por el Tribunal Supremo en enero de 2009, cuando estableció que el contenido de la asignatura debía centrarse en la educación de principios y valores constitucionales, y que en ningún caso está permitido que las autoridades administrativas o escolares o los profesores impongan criterios morales o éticos que puedan ser objeto de discusión en la sociedad. Nada más lejos de lo que está sucediendo.
  
Con ser grave este incumplimiento, aún lo es más el hecho de que se esté produciendo en un momento en que es más necesaria que nunca la iniciativa empresarial a corto y medio plazo. Los empresarios del mañana serán los estudiantes de hoy, pero la educación actual les desalienta, sobre todo si reciben estos mensajes en la escuela. Así será muy difícil que ni siquiera una minoría esté dispuesta a asumir los sacrificios de emprender una aventura empresarial que, además, estará mal vista entre sus compañeros y amigos.
       
La estigmatización de la labor del empresario y la dramática situación del mercado laboral español explican que un 65% de los jóvenes españoles prefiera optar a una plaza de funcionario antes que competir por lograr un puesto de trabajo en una empresa, y no digamos ya montar un negocio propio.
  
Esta situación es insostenible, ya que durante la última década se ha disparado casi un 30% la contratación en el sector público hasta el punto de que se ha superado el desorbitado nivel de los 3 millones de empleados por las diferentes administraciones o empresas públicas.
  
La misma barrera que, en sentido inverso, se ha roto con la caída histórica del número de autónomos y empleadores en España. De ahí la conveniencia de la propuesta del PP para reformular los libros de texto de Educación para la Ciudadanía y reconocer el papel de las empresas y los emprendedores. Aunque tal vez sería más efectivo derogar definitivamente una materia tan sui generis.
  
Fuente: Expansión.

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