lunes, 17 de octubre de 2011

El cine como instrumento para superar la “emergencia educativa”

El filósofo Alfonso López Quintás pone el broche de oro en el I Congreso Cine y Educación, que ha concluido este domingo en Madrid.  
 
REDACCIÓN HO.- El filósofo Alfonso López Quintás ha puesto el broche de oro al I Congreso Cine y Educación, que CinemaNet ha celebrado con gran éxito en la Universidad CEU San Pablo de Madrid: se han superado los 200 participantes en un evento que también se ha podido seguir en directo a través de Radio Exterior de España, y el sábado por la mañana hubo que cambiar la sala donde se celebraba para poder acogerlos a todos. En su conferencia de clausura, López Quintás ha explicado cómo se aplica al cine el sistema de pensamiento que ha desarrollado. Ésta es, precisamente, una de las labores que realiza la Escuela de Pensamiento y Creatividad por él fundada, y ha influido en la labor que llevan a cabo, en sus respectivos centros, bastantes de los ponentes y participantes en este Congreso.
  
Alfonso López Quintás comenzó su ponencia con una referencia a la “emergencia educativa” que existe en este momento, y que no es sólo cuantitativa (falta de conocimientos) sino cualitativa (“se ha colapsado la forma de pensar”). Ante esta situación, “necesitamos urgentemente movilizar todo lo que se hace en las aulas, convertir todas las áreas de conocimiento en fuentes de formación humana”. Su ponencia ha concluido volviendo a esta idea, cuando ha afirmado que “el cine nos ayuda a pensar bien, a discernir qué es lo que construye y lo que destruye. Ayuda, por tanto, a superar la emergencia educativa, y a abrir grandes horizontes de auténtico humanismo”.
  
En relación con esto, ha explicado que “cada hecho o serie de hechos hemos de verlos al trasluz, adivinando las posibilidades de vida que en ellos se crean o se anulan, se hacen fructificar o se agostan. Por eso, el espectador debe vibrar con lo que ve y oye, recibirlo con actitud de transformación”. Y ha añadido: “El arte de ver películas consiste, sobre todo, en descubrir la razón profunda de los acontecimientos, la lógica que teje la trama de los sucesos. Esta lógica suele resplandecer en las obras de calidad, que resultan por ello aleccionadoras aunque muestren ciertos aspectos negativos de la existencia humana”.
  
Sin embargo, para poder analizar y descubrir todo esto en las películas, el profesor López Quintás ha explicado brevemente dos de los ejes de su pensamiento. En primer lugar, la realidad se divide en ocho niveles, cuatro positivos (los objetos, los ámbitos creativos –incluidas las relaciones­–, los grandes valores y Dios), que exigen actitudes distintas; y cuatro negativos, que “implican grados cada vez más agresivos de dominio”, hasta dar muerte y mancillar la identidad del otro. Al sumergirse, por el egoísmo, en los niveles negativos, se produce el vértigo, “un movimiento espiritual que al principio encandila, promete todo, no exige nada... Pero al final te lo quita todo” y lleva a la desesperación. Puede ser a través de “la sexualidad desembocada, el poder, la velocidad...” El movimiento contrario, de ascenso por los niveles positivos, es el éxtasis: “Si soy generoso y encuentro una persona que me atrae mucho, lo que yo quiero es encontrarme con ella para crear un espacio de enriquecimiento. Vamos al encuentro, que tiene una serie de frutos: energía, luz, entusiasmo, felicidad. Cuando nos olvidamos de nosotros y nos abrimos al otro, encontramos la felicidad. Es un movimiento espiritual que al principio te lo exige todo, y al final te lo da”.
  
El filósofo ha ilustrado esto con abundantes ejemplos de películas, pero también desde la experiencia de la vida cotidiana. “Miles de jóvenes –ha puesto como ejemplo– se preguntan ¿Cómo podemos casarnos si no hay garantía de que el amor perdure? Garantías absolutas no las hay en la vida humana. Ahora bien, una garantía bastante elevada es que el amor sea auténtico. No os preocupéis por prometer amaros toda la vida, preocuparos por amaros bien, con un amor auténtico, cada día. La garantía de que el amor perdure está en el nivel de la opción incondicional por los grandes valores”. Incluso más allá de eso, “¿cómo es posible tratar bien al que me trata mal? Hay que dar el salto al nivel religioso: pensar que todos provenimos de un Padre infinitamente bueno, justo, bello, que nos ha creado a su imagen y semejanza. Nos dio una dignidad tan grande que no la podemos perder aunque uno se empeñe en ello. Por esa dignidad” se ama aún cuando no hay motivos.
  
Experiencias universitarias
  
La mañana del domingo había empezado con una mesa redonda, en la que se expusieron distintas experiencias de trabajo con cine en las aulas universitarias. De todas ellas, se sacó en conclusión la necesidad de un marco antropológico de referencia para el trabajo; de tener objetivos claros y concretos, y de preparar bien las sesiones, sin dejar nada a la improvisación, para que el diálogo no sea “una charla de café”. Todo ello, evaluando después los resultados.
  
Gloria María Tomás, directora del Máster de Bioética de la Universidad Católica de Murcia, justificó que el cine es un instrumento educativo adecuado en el mundo universitario: “Emplearlo es introducir un método existencial y fenomenológico; aparentemente menos reflexivo, menos conceptual que los métodos tradicionales. Pero que, en realidad, nos puede situar de un modo atractivo, contemporáneo, natural, ante el hombre concreto y sus preguntas implacablemente constantes y definitivas. Ahora bien, se trata de saber elegir para aprender y enseñar a saber ver y dialogar a través del cine”.
  
La relación educativa en torno al cine, en opinión de Juana Sánchez-Gey, de la Universidad Autónoma de Madrid, no es unidireccional: “Los alumnos y los profesores llegan a clase para llevar juntos una comunidad de investigación. Pero no vamos a charlar, llevamos unos fines concretos. Es importante que haya un maestro o profesor como guía, como mediador, como moderador; que sepa llevar el diálogo, no imponer valores sino contagiarlos. Aprendemos cuando alguien nos ayuda a descubrir aquello que ya sabíamos, o que sólo intuíamos“.
  
Toda formación tiene que formar parte de un horizonte de vida. Es una de las ideas manifestadas, en su intervención, por Ninfa Watt, periodista, profesora de la Universidad Pontificia de Salamanca y crítica de cine. “Y para eso, tengo que intentar ayudar a los alumnos a conectar de forma coherente el mundo de los afectos, de la mente y de la vida. Cuando pongo un fragmento de una película, buscamos un espacio de experiencia compartida, un espacio donde se puede dar una experiencia pedagógica. Para los jóvenes, el lenguaje visual es como una lengua materna, pero que se les enseña a decodificar y comprender Si logro, de forma abierta y no manipuladora, ofrecerles un espacio donde puedan descubrir un valor, estoy favoreciendo que luego lo lleven a la reflexión y la vida”. Y añadió: “Hay que pensar muchas veces las cosas en frío para actuar adecuadamente en caliente”.
  
La última en intervenir fue María Ángeles Almacellas, profesora de la Escuela de Pensamiento y Creatividad y de la Universidad Internacional de La Rioja, donde ofrece un seminario virtual sobre Cine y persona. “La universidad no debe olvidar ni descuidar en ningún momento lo que constituye la raíz, la misión de la universidad desde sus raíces: el compromiso irrenunciable por la búsqueda de la verdad, y esto implica de forma muy especial la búsqueda de la verdad del hombre”, ha afirmado.
  
Igual que otros ponentes a lo largo del congreso, ha rechazado que el uso del cine como instrumento educativo sea una manipulación o instrumentalización. A la hora de usarlo, “no se puede olvidar que el cine también es arte”, y que hay que tratarlo “con todo el rigor, respeto y admiración de una obra de arte”; es “un espectáculo”, por lo que hay que intentar que la labor con él sea “un espacio de solaz y deleite”; y, por último, es “una industria que mueve enormes sumas de dinero”, así que otro objetivo ha de ser “formar y afinar la capacidad crítica del alumno”.
  
CinemaNet es una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la promoción de valores humanos, sociales, cívicos, familiares y educativos en el cine y a través del cine. Por el momento desarrolla su actividad en Barcelona, Madrid, Albacete y Valencia, organizando festivales de cine, cinefórums y conferencias. 
  
Fuente: HazteOir.org.

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